lunes, 2 de abril de 2018

LA MAFIA DURANTE LA II GUERRA MUNDIAL (1)


Me gustaría empezar este artículo diciendo que la figura de Mussolini, “Il Duce” y su llamada Italia fascista, ha sido tratada en diferentes libros y estudios con una especie de acuerdo tácito cuando tratan la figura del dirigente como “pecador horrible” y un regodeo oculto en su derrocamiento. Incluso los historiadores ingleses, habitualmente en la justa equidistancia en la historia, parecen disfrutar de un placer casi indisimulado por su derrocamiento  y muerte terrible.

“Mi amigo” Winston Churchill, tras oír en una cena en 1945 que Benito Mussolini había sido asesinado, dijo sin empacho alguno “Ah! ¡la bestia sangrienta ha muerto!”. Y todo ello con un cierto murmullo de desagrado por todos aquellos que se dieron cuenta de lo cerca que estuvo Italia de convertirse en otro estado cliente de Stalin. La parcialidad en favor de las explicaciones comunistas se ve enseguida cuando se analiza la muerte de Mussolini. Invariablemente se lee que “fue ejecutado por los partisanos”, y eso es algo que se debe conocer mejor. Hubo muchos grupúsculos de diferente fuerza y presencia tras la primera línea de combate, que supieron explotar el desorden causado por la guerra y que no tenían permiso oficial alguno para ejecutar a nadie. Mussolini fue asesinado por los comunistas italianos que operaban bajo la férrea disciplina estalinista desde la URSS.
 
Una de las primeras consecuencias del asesinato de Mussolini y el final de su régimen político fue un prodigioso aumento de las actividades criminales en Italia, generado por las bandas tradicionales del crimen organizado, que volvieron a sus actividades habituales cuando fueron liberados de las cárceles de Mussolini. Dominando esa situación se hallaba la Mafia siciliana revitalizada, que había estado subyugada durante casi dos décadas, hasta la llegada de los aliados entre 1943/44 y que rápidamente volvió a sus actividades criminales con la “liberación” que traían los “buenos”. Durante mucho tiempo, las ideologías tras la guerra se sentían ofendidas con el aserto de que la Mafia había vuelto a su antiguo poder como consecuencia de las políticas “aliadas”. Esas ideologías trataban de minimizar los logros de las políticas de Mussolini desde su legada al poder, diciendo que la Mafia apenas había sido afectada, desestimando e ignorando toda la documentación histórica que explicaba y explica exactamente lo contrario.
 
El cómo explican la súbita prominencia de la “Honorable Sociedad” inmediatamente coincidente con la invasión de Sicilia en 1943 por los enemigos de Mussolini es, sobre todo, un ensayo de una torpeza total. Al mismo tiempo, todo lo escrito que contradice esta línea a crecido de forma continuada con un tremendo esfuerzo para distraer la atención sobre la importancia de la invasión aliada de Sicilia y la vuelta al poder de la Mafia una vez más. Si, de una forma figurativa, la Mafia desembarcó con los barcos y lanchones de los “libertadores” aliados, podemos tener por seguro que hubo una comunicación directa y apoyo entre los aliados y los restos que aún quedaban de la Mafia en el camino de la invasión, durante las primeras dos semanas y algo más del asalto a la isla.
 
Con el paso del tiempo y la publicación de aproximaciones históricas más realistas, es más que evidente que este aspecto de la historia ha sido gravemente exagerado y distorsionado. Lo que queda oscuro del relato es el cómo empezó todo, algo embarazoso para la mayoría de los escritores sobre el tema, que han preferido sustituir los hechos por un juicio con valor “ex post-facto”, en armonía con una generación progresista y marxista.
 
Mientras los autores de la historia moderna de la Mafia no están inclinados a hacer brillar la codicia criminal de la “Hermandad” contemporánea, una nota de melancolía quejumbrosa se arrastra en sus explicaciones hasta el punto en que chocan entre el régimen de Mussolini y la Mafia en Italia. El arresto y la prisión de los “mafiosos” por cientos de asesinatos, entre miles de otros delitos, se convierte en una bagatela y algo accidental. Según la visión de estos autores, el hecho central es el dar importancia a sus “derechos civiles y libertades”. No era importante si este enorme número de los criminales más depravados estaban en la cárcel.
 
La política de la Italia fascista no ha logrado ni una sola palabra de elogio, sólo se les ve como una casta de villanos en su esfuerzo de limpiar Sicilia y el Sur de Italia de una de las más potentes organizaciones criminales de Europa. Los olvidados en estas apologías por la Mafia han sido sus víctimas, y es prácticamente imposible leer algo sobre ellas. A pesar de todos los sentimientos empalagosos por los delincuentes por parte de esos autores, uno puede estar seguro de que nadie rezará por las víctimas, muchas de las cuales habían sido robadas, extorsionadas y asesinadas y que la gran mayoría permanecerá ya en el anonimato.
 
La campaña del régimen de Mussolini para extirpar a la Mafia de Sicilia, empezó abruptamente siendo el 26 de Septiembre de 1926 la fecha asignada para el inicio del programa anti-Mafia según la “Encyclopedia of World History”, que describe a la Mafia como “una organización criminal que ha dominado la política en Sicilia durante 50 años”. Es significativo que los editores hagan una referencia directa a la relación entre la política y el crimen... Sin embargo, el 25 de Septiembre de 1926, fue justo el momento en que se introdujo el proyecto de ley en la Cámara Italiana de Diputados para la supresión de la Mafia en Sicilia. Este movimiento había empezado unos cinco meses antes. El 30 de Abril, la policía de Mussolini había arrestado a 450 sospechosos de pertenecer a la Mafia, en acciones que se llevaron a cabo simultáneamente en una docena de ciudades y pueblos. En un artículo del “New York Times” de dos días después se identificaba al “jefe” de la Mafia como Gaetano Ferrarello. Pero el anunciar que Sicilia se había “librado” de esos “bandidos” después de 50 años, fue algo prematuro y pueril. Se dijo que Mussolini declaró que “la herida de la criminalidad de Sicilia sería cauterizada con hierro y fuego si fuese necesario” y que su régimen “iría a la raíz profunda del asunto sin tener en cuenta los sentimientos de cada uno”.
 
Durante el año siguiente, los periódicos USA apenas hablaron de esta campaña contra la Mafia. Sin duda fue un período de intensa investigación y preparación. Pero el 22 de Octubre de 1927, se anunció el primer resultado de la ofensiva: se empezó a celebrar un juicio masivo contra los mafiosos en la corte de Termini Imerese, seguido de una redada que se centró en más de 30 cabecillas. El 11 de Enero de 1928 el resultado fue que se encarcelaron a 147 personas, 7 de los cuales fueron condenados a cadena perpetua, 8 condenas de 30 años y otros 5 un total de 25 años cada uno. Los escritores posteriores han pasado convenientemente sobre estos hechos históricos y han tratado de crear la impresión de que los acusados fueron víctimas de juicios “amañados” que afectaron a sus “derechos civiles”. Sin embargo, estos acusados tuvieron los recursos suficientes para contratar una batería de 60 abogados para dirigir su defensa. Los periodistas concluyeron que la organización había recibido seguramente el “soplo mortal”.
 
En ese momento el asalto de Mussolini a la Mafia apenas había comenzado. El 8 de Febrero, empezó en Palermo un nuevo juicio de 341 sospechosos, seguido por el arresto y juicio, también en Palermo, de otros 379 sospechosos de Agrigento y Caltanisetto. Unos 500 policías estaban involucrados en ese último caso, en el cual fueron acusados con, entre otros delitos, 500 delitos graves incluyendo 62 asesinatos. El 7 de Marzo de 1928 la corte de Termini Imerese envió a prisión a 67 acusados por diversos delitos y con sentencias que oscilaban entre los 2 y los 27 años en la cárcel. Se crearon granjas penales en las Islas Lipari, en el Norte de la costa de Sicilia, donde debían cumplir las penas.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por su aporte para la divulgación de la verdadera historia. Enhorabuena por el artículo.

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  2. Partisanos-Resistencia-Comunistas-Mafia son la misma cosa, delincuentes, normalmente asesinos.

    Una víctima que nunca reivindicarán las feministas, comunistas y demás patulea: Giuseppina Ghersi.

    http://www.lagazeta.com.ar/giuseppina.htm

    Una mártir de 13 años sacrificada finalmente en una curiosa fecha...

    Un saludo.

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