FUGAS

Hay situaciones que deben ponernos en sobreaviso y muchas de estas situaciones tienen su reflejo en otros personajes que han existido durante la historia. Lo digo por el confidente Julian Assange y su situación actual. Sabemos que sus correos electrónicos han sido cortados, no se le permite el envío de nada, por lo menos por vía digital. De hecho y por resumir, hace ya algún tiempo que no se sabe nada de Julian Assange.
 

Sabemos que ha estado en la embajada de Ecuador en Londres desde hace ya algún tiempo a salvo de perseguidores que dudo que simplemente quieran dialogar y empatizar con él. El no conectarse a internet supongo que tiene que ver con la enorme presión de todo tipo de los USA sobre el pequeño Ecuador. Puedo entender que hayan claudicado en este asunto. De todas formas y eso es lo que me llama la atención, no creo que haya ninguna razón de peso para que también haya desaparecido al mismo tiempo. No hay noticias de él. Esto abre la Caja de Pandora de la especulación y personalmente pienso que quizás ha habido trato para hacer callar a Julian Assange, coincidiendo con su salida del que ha sido su refugio en Londres.
 

Las fugas clandestinas como la de este caballero de hoy, un fugitivo disidente del orden establecido, me recuerdan a las del as de la Luftwaffe el barón Franz von Werra. Este piloto fue capturado el 5 de Septiembre de 1940, tras ser derribado por el piloto de la RAF, el oficial Basil Gerald Stapleton, perteneciente al 603 Escuadrón de la Reales Fuerzas Aéreas Británicas. Lo que siguió a este hecho fueron una enorme cantidad de osadas fugas de varios de los 1.050 campos de prisioneros ingleses en el país.
 

Los desesperados y humillados ingleses embarcaron al legendario barón, cuya mascota era un cachorro de león, hacia Canadá. Allí pasaría el resto de la guerra en uno de los 40 campos de prisioneros de guerra. Se equivocaron. Ya en el mismo tren que le llevaba hacia el interior de Canadá, organizó una fuga. Él y otros escaparon en Smith Falls, Ontario en Enero, cuando el invierno canadiense está en su punto álgido. El pequeño grupo fugado estaba todavía a 50 kilómetros del río San Lorenzo, que entonces era la frontera con los USA. Franz von Werra logró escapar pero sus cuatro compañeros fueron capturados.
 

Logró cruzar con éxito el helado río hasta los USA que entonces eran neutrales y por ello fue mantenido en custodia por el gobierno norteamericano. Allí fue acusado de entrar de forma ilegal en los USA. Rescatado por el consulado alemán, el piloto encontró su pequeño santuario en el consulado del Reich en Nueva York. Los ingleses trataron de que fuese devuelto a UK o a Canadá sin éxito. Todo ello llevó a una paralización legal que el barón supo explotar perfectamente y entró en la categoría de celebridad en los USA.
 

Muchos americanos corrientes que tenían simpatía por el Reich, adoraban al osado oficial de la Luftwaffe. La Luftwaffe también aprovechó el carisma y la hombría del barón. Con una lista de increíbles fugas y reputación de haber humillado a la Inglaterra de Winston Churchill, los americanos llevaban a von Berra en sus corazones. Mientras el problema diplomático seguía el ya legendario, piloto protegido por la oscuridad, abandonó el consulado y los USA. Hubo especulaciones sobre la complicidad del personal del consulado, la salida conspirativa del piloto y la ruta que le llevó de nuevo a Alemania. No es necesario decir que el barón Franz von Berra, nacido en la pobreza en un pueblo suizo, llegó a la patria con una enorme sonrisa en su cara.
 

El 18 de Abril de 1941, llegó a Berlín tras viajar vía México, Río de Janeiro, Barcelona y Roma. Naturalmente la nación alemana le hizo un gran recibimiento. El as volador fue condecorado con la Cruz de Hierro por el mismo Hitler. Poco después se casó con su novia de siempre. Tras una corta luna de miel, el aviador volvió con sus camaradas y entró en el servicio activo en el frente del Este. Allí sumó más humillación a Inglaterra y los USA tras derribar con éxito aviones fabricados en ambos países que habían sido regalados a la Rusia ocupada por los bolcheviques.
 

A pesar de que la historia del barón Franz von Werra y sus fugas son de odisea, acabó de forma triste. Alemania, bajo los constantes de raids de más de 1.000 bombarderos cada día y noche, hizo que von Werra fuese trasladado a las patrullas de caza que protegían las defensas del Mar del Norte alemán. Durante uno de esos vuelos, se sabe que el motor del avión de nuestro héroe falló, desapareciendo para siempre en esas heladas aguas. No se encontraron restos ni del avión, ni del piloto. Quiero ser optimista y pienso que quizás el piloto de combate de la Luftwaffe barón Franz von Werra, encontró una vez más la forma de escapar y nos ve desde entonces a todos desde su nuevo destino.
 

¿Será el amigo Julian Lassange un nuevo von Werra y ha escapado sigilosamente hacia un nuevo lugar donde continuar con su tarea? ¿habrá tenido cómplices? ¿tendrá un nuevo protector? ¿aparecerá de nuevo? ¿dónde? ¿está vivo? El tiempo lo dirá.