¿COCHES SIN CONDUCTOR?

Hoy me gustaría hablar de una distopia de futuro de la que empiezan a dar mucho bombo: el coche sin conductor. El futuro será así dicen... Yo creo que el futuro no viene a las doce del mediodia, con banda y música. VIene de noche y a traición. Como hablar de los coches voladores o la comida en píldoras. ¿no hemos oído hablar de ello? Todo muy recurrente y que excita la imaginación de la gente, pero ¿alguien nos dijo que portaríamos un teléfono? ¿que habrían tabletas? ¿que podríamos comunicarnos digitalmente de la forma que lo hacemos? ¿que ya no enviaríamos cartas? Por supuesto que no. Si queremos conocer productos para el futuro hay que observar la tecnología militar y/o espacial. Y los militares siguen sin tener coches voladores y rara vez comen píldoras salvo que sea una ración de emergencia.

El coche sin conductor es el sueño dorado de todo ingeniero pero, y a pesar de sus supuestas ventajas, ¿estamos dispuestos a poner la vida de nuestra familia en manos de un ordenador, de sensores y de algoritmos? Y ¿qué sucede con los sistemas de control gubernamental y con los piratas informáticos que podrían controlar absolutamente nuestro viaje e incluso “matarnos accidentalmente” por cualquier razón?

Como decía, es el sueño de todo ingeniero. Por fin una tecnología que promete eliminar el factor humano del sistema de circulación de vehículos. Son los humanos, después de todo, cuyos errores contribuyen al 75% de los accidentes de circulación y que introducen un factor de imprevisibilidad no deseada en la simplicidad matemática del flujo de tráfico. Los conductores hemos sido caricaturizados como “animales al volante”, con reacciones lentas y falta de atención al conducir. Teóricamente, si se puede eliminar el factor humano, tendríamos ciudades con una circulación eficaz y segura que nos llevaría a nuestro destino sin problemas, ¿Cierto?
 

Falso. Para bien o para mal  mientras haya humanos al volante, no podemos ignorar precisamente el factor humano. Se han sobrestimado los beneficios que se obtienen de los coches sin conductor y se han subestimado los impactos negativos que tendremos en nuestra circulación y sociedad. De entrada, hay obstáculos tecnológicos ahora mismo. Viajamos muy rápido en una autopista para comunicarnos a nivel humano y por ello confiamos en las infraestructuras y tecnología para que hagan el trabajo por nosotros. Por ello, teóricamente, eliminar el error humano es plausible y beneficioso. Pero todos esos cambios a baja velocidad, donde los conductores tienen que interactuar a nivel humano, como contactar visualmente con otro conductor, avisando con la cabeza a un peatón o permitiendo a un ciclista que nos adelante, son diferentes que a alta velocidad.
 

¿Cómo sabrá un vehículo con sistema automatizado si un peatón parado junto al paso cebra está esperando para cruzar o bien está chateando al teléfono? Incluso ¿cómo podrá saber las diferencias este sistema si viajamos al extranjero donde quizás los códigos entre personas son diferentes? ¿Cómo se procesarán las diferencias regionales del lenguaje corporal como algunas confusiones que ya ha tenido Google en su sistema con los ciclistas y los coches? Google ya está preparando sus coches para reconocer las señales manuales de un ciclista, pero creo que queda un largo camino por recorrer. Sin la gestualidad humana, como aprenderemos nosotros a anticipar las acciones de los coches sin conductor? Las últimas investigaciones indican que todavía no sabemos cómo.
 

Uno de los asuntos de la visión utópica prometida en los coches sin conductor - ciudades donde los aparcamientos son convertido en parques o los cruces donde los semáforos no serán necesarios - sólo funciona si el 100% de los vehículos son automáticos y los propietarios individuales dan paso a una flota de taxis compartidos donde pagas el tramo utilizado solamente. Porque ¿cuanta gente actualmente opta por esta visión de futuro? Si no crees en la tecnología, si te mareas con el movimiento, si te gusta conducir coches o motos clásicas o simplemente no te gusta la idea de ser conducido por un coche que siempre cumple el límite de velocidad o nunca se salta la cola, entonces un coche sin conductor no es para ti. No todos desean un mundo de sólo coches sin conductor.
 

No es ninguna sorpresa que las previsiones de la penetración de mercado de los coches sin conductor varíe enormemente. Por ejemplo, la estimación en Holanda fluctúa entre el 7% al 61% la flota de estos vehículos para el año 2050. Incluso si alcanzamos el 100%, seguimos sin poder ignorar a los humanos. Los cruces inteligentes prometen eliminar los semáforos y permitir el doble de tráfico  que en la actualidad en las calles y carreteras. Pero surge la pregunta ¿Cómo se aproximarán los ciclistas no automatizados a esos cruces? ¿Cómo los cruzarán los peatones?. Debemos alcanzar un nivel donde los beneficios de la seguridad en calles o carreteras sean tan apabullantemente evidentes que los coches con conductor sean ilegales y que los humanos sean declarados incapaces de conducir. Pero hasta ese día, viviremos en un mundo mezclado de lo que se debe hacer o no con toda la infraestructura necesaria para ambos sistemas y que funcionen en paralelo. ¿Qué pasará cuando los ciclistas se mezclen entre los coches sin conductor?
 

Hay una posibilidad también con el uso compartido del coche sin conductor con lo que el mundo se moverá más allá de la propiedad individual. El compartir vehículos ha existido durante décadas en los USA y recientemente por Europa, sin embargo en los USA menos del 1% de los americanos son miembros. Incluso los optimistas no la cifran en más allá del 10% del mercado. El compartir un vehículo tiene un enorme potencial en ciudades como París, Londres, Nueva York, San Francisco, Sidney, Ciudad de México o Madrid, donde la propiedad de un vehículo es cara o impracticable y muchos traslados pueden ser hechos por transporte público, en bicicleta o caminando en algunos casos. Pero si uno vive en los suburbios o en una zona rural, si tienes uno o más hijos, si guardas o trasladas objetos en tu coche, o bien quieres mostrar tu personalidad con el vehículo, el compartir un coche no es una buena opción.
 

Los seres humanos tenemos una habilidad innata para hacer que cualquier sistema trabaje para nuestro beneficio personal. Cuando eso sucede, los beneficios de la aglomeración de coches prometida por los coches sin conductor, serán rápidamente rotos por la naturaleza humana. También es cierto que cuanto mayor sea el atractivo que sientas cuando viajas en un coche sin conductor, más gente lo hará. Si puedes recibir, leer y contestar a correos electrónicos mientras haces tu recorrido habitual de una hora, ¿por qué coger el tren?. Pero creo que todas las tácticas que permitan eliminar las molestias del viaje sin conductor, pueden empeorar el tráfico. Permitir que funcionen los coches sin conductor sin pasajeros a bordo, abre un enorme potencial para la explotación.  ¿Por qué pagar un aparcamiento en el centro de la ciudad, cuando puedo enviar mi coche de regreso a casa y que aparque él mismo. ¿Por qué preocuparse de encontrar aparcamiento si tu coche puede dar una vuelta a la manzana buscándolo mientras me tomo un café?¿Pero quizás doblaremos en número de coches en horas punta?
 

Los mayores cambios en la sociedad se expandirán más allá de los conductores individuales. Miles de muertos y heridos podrían evitarse a través de los sistemas automáticos. Y permitir a ciegos o gente con problemas físicos importantes a este tipo de coches sin conductor, les permitirá una movilidad y libertad sin precedentes, pero tambien incrementará el número de vehículos entre un 2 y un 10%, recortando los beneficios de la supuesta descongestión. Los vehículos sin conductor amenazarán los trabajos de personas que conducen camiones, autobuses y taxis. En total, hablamos del 3,7% de la población total según proyecciones de población y trabajo.
 

Menos golpes entre coches significa menos trabajos en reparación de plancha, motor y seguros, mientras que al mismo tiempo quiere decir que esos coches respetuosos con la legalidad representarán menos tickets de aparcamiento y menos multas por velocidad, reduciendo los ingresos del gobierno. Por ello, a pesar del bombo, promesas y predicciones, nadie sabe de verdad cómo será el futuro con los coches sin conductor y nunca podremos olvidar el factor humano.
 

Por cierto ¿las motos desaparecerán? Todo esto no encaja con las motos...