domingo, 27 de diciembre de 2020

 
BARBAROSA (1)

En algunos artículos os he hablado del ataque alemán contra la URSS en Junio de 1941. Desde siempre me llamó la atención la gran cantidad de prisioneros soviéticos que las tropas alemanas capturaron en las primeras jornadas de la entrada en territorio ruso. Era algo llamativo para mí y que con el tiempo me quedó confirmado por el libro de Viktor Suvorov “El Rompehielos”. La URSS preparaba un asalto militar con su Ejército Rojo de toda la Europa Occidental para mediados de Julio de 1941. Esos millones de soldados soviéticos estaban acantonados y preparados en la frontera germano-soviética de la antigua Polonia. Alemania se adelantó medio mes antes a esa invasión comunista realizando su ataque preventivo el 22 de Junio de 1941. 

Cuando Hitler lanzó su “Operación Barbarosa”, los líderes alemanes lo justificaron como un ataque preventivo de esa invasión soviética que comento. Pero tras la guerra los militares supervivientes más importantes y los líderes políticos alemanes fueron llevados al cadalso en Nuremberg, entre otras cosas, por planificar y llevar adelante una “guerra agresiva”, contra la Unión Soviética. Como era de esperar, el “tribunal” rechazó los argumentos alemanes de que su ataque fue preventivo.

Desde entonces los historiadores, miembros del gobierno y los trabajos escritos de referencia en los países aliados como USA, UK o la URSS, mantuvieron férreamente que Hitler traicionó a los líderes comunistas y lanzó su traicionero ataque sorpresa, motivado por su codicia por los recursos rusos y ucranianos y su “Lebensraum” (Espacio Vital), como parte de su enloquecida “conquista del mundo”. Como aparece en su muy bien investigado y argumentado libro que es “El Rompehielos”, Viktor Suvorov (nombre real Vladimir Bogdanovich Rezun), desmonta uno a uno todos los clichés que han repetido como cacatúas los aliados a lo largo de 80 años. Y ese estudio debería provocar una relectura seria de la historia de la II Guerra Mundial.

Viktor Suvorov no era ni es un ruso cualquiera. Fue entrenado como oficial del ejército soviético en Kalinin y Kiev, más tarde tras pertenecer al personal de servicio y completar sus estudios en la Academia Militar Diplomática en 1974, sirvió como oficial del Servicio de Inteligencia Soviético (GRU), trabajando cuatro años en Ginebra bajo la tapadera de la diplomacia. Desertó en 1978 y se le otorgó el asilo diplomático en Inglaterra. Su libro “El Rompehielos” que escribió con la abundante información y documentos clasificado a los que tuvo acceso, fue publicado en ruso (en Francia) en 1988. Luego se editó en muchos otros idiomas. Como era previsible, causó mucha sensación en la comunidad de la inteligencia militar aliada, especialmente en Europa ya que documenta con extremo cuidado la naturaleza ofensiva soviética cerca de la frontera alemana en 1941

Suvorov hace hincapié en la importancia central del estratega y planificador de Stalin, Boris Shaposhnikov, Mariscal y Jefe del Estado Mayor. Su obra más importante fue “Mozg Armii” (El Cerebro del Ejército), y que durante décadas fue obligatoria su lectura para cada oficial del ejército soviético. No solo Stalin le respetaba su alto nivel militar sino que, curiosamente, le apreciaba como persona, algo inédito en el sátrapa soviético. Fue el único hombre al que Stalin se dirigía públicamente siempre con su nombre de pila (Boris Mikhailovich). Stalin se dirigía a todos los demás por su apellido familiar, por ejemplo “Camarada Zinoviev”. La admiración de Stalin era conocida por el hecho de que siempre guardaba una copia del libro de Shaposhnikov, en su mesa de despacho.

El plan de movilización de Shaposhnikov, llevado a cabo por Stalin mostraba un claro y lógico programa a dos años vista (Agosto de 1939 a verano de 1941), y que debería inexorablemente y con ese propósito, culminar en una guerra. Según Suvorov, Stalin anunció su decisión de llevar a cabo el plan al Politburó en una reunión del 19 de Agosto de 1939, cuatro días antes de la firma del pacto de no agresión germano-soviético. Como añadido, en esa misma reunión con el Politburó que se hizo poco después de que Stalin llevase a cabo sus purgas terribles de políticos y militares “poco fiables”, ordenó al general Zhukov el atacar y derrotar en un ataque relámpago, al 6º Ejército japonés en Khalkhin-Gol, en Mongolia. Trece días después del discurso de Stalin, las tropas alemanas entraron en Polonia y dos días después de ello, 3 de Septiembre, Inglaterra y Francia le declararon la guerra únicamente a Alemania.

Una vez Stalin se decidió por embarcarse en ese enorme proceso de movilización, el régimen comunista reestructuró la economía nacional, dirigiendo todo el enorme potencial humano y físico de la URSS para la guerra. Esta acción de Stalin solo nos puede llevar a una conclusión lógica: la movilización de la URSS en 1939 quería decir guerra. Tengamos en cuenta que en 1938, más de un millón y medio de hombres servían en el Ejército Rojo o el 1% de toda la población. Eso podemos considerarlo como el ratio de hombres en una economía normal, pero como parte de ese programa a dos años de Stalin-Shaposhnikov, se cuadruplicó a más de cinco millones de soldados.

En ese periodo (Agosto de 1939 a Junio de 1941), Stalin puso en marcha 125 nuevas divisiones de infantería, 30 divisiones motorizadas, 61 divisiones de tanques y 79 divisiones de aviación, lo que nos lleva a un total de 295 divisiones disponibles, organizadas en 16 Ejércitos completos. El plan mencionado también movilizó a seis millones de hombres adicionales en el verano de 1941, para que fuesen distribuidos en las divisiones de infantería, tanques y aviación. Entre Julio de 1939 y Junio de 1941, Stalin incrementó en número de divisiones blindadas de 0 a 61, con varias docenas más en preparación. En Junio de ese mismo año, la “neutral” URSS, había preparado más divisiones blindadas que la suma de las de todo el resto del mundo. Esa fuerza tan poderosa sólo podía ser usada para operaciones ofensivas. Esas operaciones ofensivas solo hubiesen sido la culminación del plan a dos años y hubiesen sido lanzadas contra Alemania y la conquista de Europa occidental.

En Junio de 1941, Hitler puso en la batalla diez cuerpos motorizados y cada cual, por promedio, disponía de 340 tanques ligeros y medios. En su contra, Stalin tenía 29 cuerpos motorizados y cada cual, por promedio disponía de 1.031 tanques ligeros, medios y pesados. Mientras que es verdad que no todos esos cuerpos motorizados soviéticos estaba a su capacidad máxima, un solo cuerpo mecanizados ruso era militarmente más potente que dos cuerpos mecanizados alemanes. Cuando Hitler entró en Polonia en Septiembre de 1939, Alemania sólo disponía de 6 divisiones blindadas. Si esa fuerza acorazada tan escasa la quieren ver como la prueba definitiva de la intención de Hitler de conquistar el mundo (o al menos Europa), la pregunta es ¿qué podemos pensar de la preparación por parte de Stalin de 61 divisiones de tanques entre 1939 y 1941, y muchas más en preparación?

A mediados de 1941, el Ejército Rojo era la única fuerza militar en el mundo con tanques anfibios. Stalin disponía de 4.000 de esos ingenios para su guerra ofensiva. Alemania ninguno. En Junio de 1941, los soviéticos habían incrementado sus cuerpos de paracaidistas de 0 a 5 (y esta es una fuerza de ataque, no de defensa) con más de un millón de hombres, y sus regimientos de artillería de campaña de 144 a 341, en ambos casos más que todos los países del mundo juntos.

Al inicio de la guerra en Septiembre de 1939, Alemania disponía de 57 submarinos, un hecho que se cita muchas veces como prueba de las intenciones agresivas de Hitler. Pero se olvida recurrentemente que la URSS disponía de 165 submarinos en ese momento. Esos submarinos, nos dice Suvorov, no eran navíos inferiores, sino de una calidad similar. En Junio de 1941, la marina soviética tenía más de 220 submarinos en servicio y otros 91 en construcción. Stalin mandaba la flota de submarinos más grande del mundo, una fuerza que fue creada para una guerra agresiva.

Cuando Hitler entró en Polonia nadie en Alemania o en la Europa occidental pensó que aquello era el inicio de una “guerra mundial”. Incluso la declaración de guerra de UK y Francia contra Alemania dos días después, 3 de Septiembre de 1939, no lo convirtió en una “guerra mundial”. Solo fue mucho más tarde, que la campaña alemana contra Polonia fue vista como el inicio de la II Guerra Mundial. Sin embargo, en Moscú se entendió perfectamente que sí era el inicio de una guerra mundial. Historiadores como A.J.P. Taylor, David Hoggan y el mismo Suvorov, señalan que Hitler no quería ni planificó un conflicto que abarcase  toda Europa en 1939. Fue la declaración de guerra de UK y Francia contra Alemania la que ayudó a transformar un conflicto local entre Alemania y Polonia, en una guerra Europea.

Consecuentemente, Hitler no autorizó la conversión de su economía nacional en una economía de guerra. El jefe de la inteligencia soviética informó con precisión a Stalin de que la industria alemana no estaba preparada para una guerra a gran escala. De hecho, Alemania no puso su economía para la guerra hasta principios de 1942, dos años después de la URSS. Y mientras la producción de armas en la URSS llegó a su pico en el verano de 1941, Alemania no lo alcanzó hasta 1944, tres años después.

El amigo Suvorov presenta pruebas abrumadoras que demuestran cómo Stalin preparó un ataque masivo contra Alemania para el verano de 1941. El autor indica que la fecha elegida era el 6 de Julio de 1941. Por ello, la URSS había desplegado esa fuerza inmensa en la frontera alemana, además de aeródromos, paracaidistas, millones de armas  y munición escondidas y preparadas, gasolina y otros suministros necesarios. En Abril de 1941, el Ejército Rojo ordenó un despliegue masivo de artillería y munición para ser usada antes del Otoño, cuando las lluvias comenzasen el país. El almacenar todo eso a principios de 1941, quería decir que el ataque se iba producir ese mismo año. Otro escenario atentaría al sentido común.

Suvorov nos dice también a propósito de lo anterior que el transporte en 1941 hasta la frontera de millones de botas, munición, repuestos, millones de soldados, miles de tanques y aviones, no podía ser un error o un cálculo equivocado, sino el resultado de una política pensada y diseñada para un ataque de “liberación” de la Europa Central y Occidental. Un proceso así solo puede llamarse movilización. Una movilización secreta de la URSS que produjo la II Guerra Mundial. La decisión final para empezar la guerra la tomó Stalin el 19 de Agosto de 1939. El ataque soviético se diseñó en dos frentes: el primero hacia Oeste y Noroeste directo hacia Alemania y el segundo, igualmente poderoso hacia Suroeste contra Rumania para capturar rápidamente los pozos de petróleo. 

Se habían previsto 3 escalones estratégicas que llevarían a cabo el ataque. El primer escalón consistiría en 16 ejércitos y varias docenas de cuerpos y divisiones como soporte auxiliar y formado por hombres bien entrenados para aplastar las líneas alemanas y penetrar en territorio germano. El segundo escalón estratégico, consistiría en 7 ejércitos de tropas algo inferiores (incluyendo prisioneros del Gulag), que aseguraría y expandiría los avances del primer escalón. El tercer escalón, consistiría en 3 ejércitos, formados mayoritariamente por hombres del NKVD, que asegurarían la ocupación soviética. Aplastarían cualquier resistencia rodeando y asesinando a la élite política, civil y militar de Alemania, algo que ya se había hecho en las desdichadas Repúblicas Bálticas y en el Este de Polonia (como la masacre de Katyn). 

Como avión de su fuerza aérea, la URSS usaría el Su-2, un bombardero de ataque que se había producido y desplegado de forma masiva. Stalin ordenó la fabricación de 10.000 unidades más, y entrenar también a 150.000 pilotos. Con un peso de 4 toneladas, el Su-2 tenía una velocidad máxima de 486 km/h, un radio de acción de 1.200 km y una carga de bombas de 400 a 600 kg. Similar, pero superior al “Stuka” alemán. El Su-2 se parecía mucho al japonés Nakajima B-5N2, que fue el avión principal del ataque a Pearl Harbor.

 

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