EL DEPORTE Y SU USO MANIPULADOR

Soy escasamente dado al deporte, de hecho jamás he practicado uno y jamás he presenciado un partido de fútbol a pesar de haber vivido entre el campo del Español y el del Barcelona en esa misma ciudad. No me interesa para nada, aunque no me parece mal que alguien pueda ser aficionado a la práctica o seguimiento del deporte. No discuto eso. Es su decisión y la respeto, pero que no me busquen en el mundo del deporte.

Todo esto viene a cuento ya que sí observo el uso del deporte, olimpíadas, actos deportivos de todo tipo, como armas/herramientas de manipulación de la población a nivel nacional, internacional y mundial. Recuerdo en la época de Franco que se decía que utilizaba el fútbol como “opio del pueblo” y esconder las miserias del régimen... Os recuerdo que en aquella época había fútbol los Domingos únicamente y durante la Liga, no más allá. Poco podía ocultar el Caudillo. Hoy tenemos fútbol y otros deportes, cada día, mañana y tarde ¿sigue siendo el “opio del pueblo”? ¿Quién ha decidido ese alud de deporte y fútbol continuamente y por qué?. Tanto Aldous Huxley como George Orwell, que no fueron héroes que nos alertaron sino gente que estaba “dentro de la bestia”, nos ofrecieron la visión de los que mandan y que se ha ido abriendo a medida que pasa el tiempo. Creo que las brillantes pesadillas distópicas de esos escritores del siglo XX, se están haciendo verdad en el XXI. Y hasta creo que se quedaron cortos...
 

Recordemos todos lo que representa la llamada en USA “Super Bowl” o gran partido final de la Liga de Fútbol Americano. Se dice que es el mayor acontecimiento de la TV y con seguimiento de millones de personas en muchos lugares del mundo, además de los USA. Es un gran negocio, sin duda, y también con capacidad de manipulación. Los deportistas no sólo están muy bien pagados, sino que son los nuevos gladiadores. Huxley nos habla de una sociedad del futuro donde la población vive drogada y sedada de una falsa felicidad, sin poder salir de la niebla mental en la que se halla sumergida y forzada a medicarse continuamente. El gran H.G. Wells, nos habla del aumento de los circos romanos y la distracción del deporte de masas, sugiriendo que este tipo de locuras son anatemas en una sociedad libre.
 

En 1984, el libro de Orwell, hay como dos poblaciones que viven juntas; los que se unen al “partido” y los que se mantienen fuera del “manto protector del gobierno”... los proletarios. El problema con los proletarios es que deben de mantenerse pacificados, ya que su gran número puede acabar con el estado y su control excepto que estuviesen unidos y organizados. Y a pesar de su número, el estado no tiene ningún motivo para temerles ya que están muy bien pacificados y, como nos adelantó Orwell, muchas de las herramientas usadas para controlar estas masas son reales en la actualidad. “Un trabajo físico duro y agotador, el cuidado del hogar y los hijos, pequeñas peleas con los vecinos, películas, cerveza y sobre todo el juego, llenan el horizonte de sus mentes. Mantenerles bajo control no era difícil... todo lo que se les pide un patriotismo primitivo que puede ser despertado en el momento que fuese necesario para que acepten más horas de trabajo o raciones más pequeñas. Y cuando están descontentos, como algunas veces, su descontento les lleva a ningún sitio, porque al no tener ideas generales, sólo pueden enfocarse en quejas pequeñas” de “1984”.
 

El autor e investigador Alan Watt, explica la importancia de desviar la atención de la gente hacia el deporte y muy lejos de acontecimientos y circunstancias que directa y profundamente afectan a sus vidas. Y comentando los pensamientos de H.G. Wells de 1905, nos dice: “En ese momento los deportes eran algo para los niños y jóvenes en la escuela. Los adultos se hacían adultos y crecían con cosas de adultos. Por ello, era inimaginable en ese momento que la gente pudiera creer que pudiera haber una necesidad en los adultos por el deporte y el entretenimiento, a pesar de que habían estadios en muchos sitios”. “La ceremonia ritual del fútbol profesional culmina cada año con la Super Bowl, que se presenta con cantantes de actualidad y que copan la mitad del tiempo del acontecimiento total y donde se ve esa simbología luciferina, Illuminati o mensajes ocultos. Este acontecimiento captura la inherente tendencia tribal y de lucha de los machos y la dirige sin peligro hasta el campo de juego”.
 

Watt continúa “Debido a que el hombre medio está cada vez más alejado de su propio destino, se decidió que los machos tendrían su válvula de escape de forma gradual hasta que estén desamparados, por la vía del deporte. Por lo tanto, tienen a un equipo tribal para identificarse, pueden tener el modelo como si ganasen, en sus vidas personales no van más allá y los “expertos” deciden por ellos en qué campo han de jugar los niños”.
 

William Cooper fue uno de los teóricos originales de la conspiración, habiendo escrito “Behold a Pale Horse” en 1991 y destapó muchos de los planes del grupo en el poder para el dominio mundial. También habló de cómo el deporte es usado para pacificar a las masas y cómo crea distorsiones extraordinarias en el valor de la energía del macho. Cooper nos pone otro ejemplo “Si nos vamos al circo romano ¿qué hace el Emperador cuando el pueblo está intranquilo o cuando la gente empieza a hacer preguntas? Cuando a la gente no le gustan las políticas del Emperador ¡los manda al circo! Crea el circo, llena un coliseo gigante y empieza lanzando a los cristianos a los leones. También ofrece una gran carrera de cuádrigas. Y partidos de fútbol y partidos de baloncesto, etc. Todo para mantener a los idiotas preocupados en cosas que no significan nada en el esquema del mundo” remata Bill Cooper.
 

Este año 2018 tampoco es diferente y mientras el mundo mira un gran espectáculo de tribalismo ficticio, la vigilancia del estado policial y militar trabajará sin descanso y una mirada a la historia nos recordará cuan lejos hemos descendido en la carretera de la esclavitud mental y la distracción masiva. Saben captar y dirigir nuestra tendencia natural para la conquista y la competición, con lo que no nos queda más energía para la revolución contra la tiranía y el autoritarismo. Es el papel del deporte.