PERÚ Y BOLIVIA

Acabo de llegar del viaje organizado por JL Camacho de Mundo Desconocido (mundodesconocido.es) a Perú y Bolivia, en el que hemos visitado en grupo aquellos monumentos y zonas llenas de misterio de esos lejanos países. Ha sido un éxito también tras los viajes a Egipto y a París/Chartres en Julio y Agosto de este año.

El viaje empezó en Lima visitando el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, donde aparte de los consabidos clichés habituales sobre los incas de la historia oficial, pudimos ver los primeros cráneos alargados que la arqueología oficial nos  explica que se conseguía con tablillas fuertemente atadas que se aplicaban a los bebés para lograr que tuviesen esos cráneos. Incluso hay unos dibujos actuales representando como se hacía... Al margen de la inutilidad de tal medida por la imposibilidad de crecimiento del cerebro, la Universidad de Yale ha determinado hace poco que el cráneo no puede deformarse de forma artificial. Por lo tanto y sin más discusión, son reales. También visitamos después el museo privado Larco, con bellas cerámicas y piezas en oro y plata de la época inca y posterior.

Al día siguiente visitamos el centro histórico de Lima, donde pudimos apreciar la gran cantidad de “piñas” que hay en los edificios antiguos y algunos más modernos. Como sabréis la “piña” se encuentra en todas las culturas y religiones y representa la glándula pineal de nuestro cerebro y se considera que conecta la parte espiritual con la parte física del ser humano. Se pueden ver en la Gran Mezquita del Cairo, en figuras de Buda y esa especie de terminación sobre su cabeza, en iglesias católicas e incluso en el Congreso en Madrid ¿Curioso, no?...

Hacia el mediodía fuimos a la Iglesia de San Francisco donde visitamos las catacumbas que son sobrecogedoras. Ya por la tarde nos dirigimos en autobús hacia la Bahía de Paracas.

Por la mañana sobrevolamos Oucaje, Palpa y las pampas de San José de Nazca, donde pudimos ver las famosas figuras sobre el terreno como el mono, el colibrí, la araña, el astronauta, etc. Parece algo increíble ¿qué eran? ¿quién las hizo? ¿por qué? Preguntas sin respuesta y abiertas a cualquier conjetura. 

Por la tarde visitamos el Museo Científico de Javier Cabrera y sus “piedras de Ica”, donde se ven figuras humanas extrañas cazando dinosaurios, operaciones de cambio de cerebro, un mapamundi increíble, etc. La colección consta de 11.000 piedras de diversos tamaños de una época muy remota. El museo está gestionado por el hijo del Dr. Cabrera y tengo claro que cuando falte, esta colección desaparecerá. Si son reales, cambian totalmente la historia de la humanidad. La arqueología oficial no les da crédito alguno.

Al día siguiente visitamos las Islas Ballestas y sus colonias de millones de pájaros y miles de focas, leones marinos y pingüinos. Pero lo interesante es que pudimos ver el famoso “Candelabro de Paracas”, la enigmática figura sobre el terreno que nadie sabe qué era o su función. Es espectacular. Hoy es terreno militar y no se puede visitar salvo desde el mar.

Por la tarde visitamos el Museo de Paracas de Juan Navarro Hierro y sus increíbles cráneos alargados. Los cráneos han sido analizados y uno de ellos no es de la especie humana...

Ya en Cuzco visitamos el Museo de la Coca, la Piedra de 12 ángulos, el Museo Inka y la Iglesia de Santo Domingo. Durante el paseo tuvimos ocasión de ver las paredes de piedra perfectamente encajadas que datan de antes de los incas en varios edificios. La precisión en el encaje es asombrosa. Por la tarde visitamos la Fortaleza de Sacsayhuaman y Huchuy Qenqo que simplemente quitan la respiración al imaginar el montar unas estructuras como esas, su perfección y al igual que en Egipto, la facilidad con que aparentemente edificaban todo ello y muy lejos de las canteras. Algo que resalta al instante es que los constructores eran personas muy altas y lo demostraré más tarde.

Al día siguiente visitamos Killarumiyoc lugar donde dicen que se adoraba a la Luna. La roca excavada y piezas ciclópeas diseminadas e incluso al revés, dan la sensación de que allí hubo una explosión tremenda. Incluso hay piedras cristalizadas. Explosión nuclear?... Tras una comida típica andina a 3.500 metros de altura fuimos a la llamada fortaleza de Ollantaytambo, que desde luego no es una fortaleza ya que encara a la ciudad que se supone que defiende, es absurdo... Se ve claramente una parte superior hecha por no se sabe quién, con inmensos bloques perfectamente tallados y ajustados y ya por debajo la parte que fue hecha por los incas, más tosca, más basta. Aunque es un auténtico sacrificio subir por la falta de oxigeno, es una visita muy recomendable.

Al día siguiente venía uno de los hitos del viaje y era Machu Picchu, la llamada “Ciudad Perdida de los Incas”, y considerada una de la 7 Maravillas del Mundo. Para que tengamos una idea de los que significa llegar hasta allí, primero se debe ir a la estación de Ollantaytambo, allí tomar el tren que va subiendo durante casi dos horas, luego se llega al pueblo actual de Machu Picchu y allí se coge un autobús que tarda media hora en una carretera angosta y sin asfaltar. Cuando llega a la terminal se debe caminar un buen rato hacia arriba (un esfuerzo descomunal por la falta de oxigeno), hasta que se llega al mirador clásico sobre Machu Picchu. Es espectacular. Las fotos no hacen justicia del lugar. De nuevo tenemos una parte antigua con el llamado templo y el resto que no tiene nada que ver. Se ve claramente que hubo dos manos en esa construcción. Una remota y que construía perfectamente y luego los incas que añadieron construcciones más toscas. Sinceramente, allí sólo podía llegarse por el aire hasta que los incas subieron y se instalaron sobre algo ya existente. Que cada uno piense lo que quiera, pero lo tengo claro.

Al día siguiente y en vuelo interno llegamos a Juliaca y nos dirigimos al lago Titicaca, que es increíble ¡175km de largo por 65km de ancho! Visitamos las llamada Cullpas de Sillustani que son unas torres muy grandes con forma de cono invertido y que se supone que sirvieron de tumba a los ricos de la época inca, junto al Lago Umayo. Evidentemente no son tumbas, al igual que las pirámides egipcias y JL llegó a la conclusión de que se trataba de torres capaces de variar el clima, que seguían el mismo principio que el del Dr. Wilhelm Reich y su teoría del Orgon que pudo probar y funcionaba. Por la tarde visitamos el llamado Templo de la Fertilidad en Chucuito, donde comprobamos que algunas piedras aún emitían electricidad y magnetismo. 

Por la mañana y como visita turística pero muy interesante, navegamos por el Titicaca hasta las islas flotantes de los indios Uros. Por la tarde visitamos el “Portal de Aramu Muru” un lugar de piedras ciclópeas perfectamente encajadas, de una antigüedad indeterminada pero que podría rondar los ¡200.000 años! El portal está tallado sobre la roca y es ciego. Deja sin aliento ver algo así, tan antiguo, tan bien hecho y que todavía está en pie.

El último día fuimos hacia Bolivia para visitar Tiahuanaco y Puma Punku. De nuevo la sensación de un lugar fuera de la Tierra aparece al visitar estas ruinas de piedras enormes, durísimas, talladas a la perfección y que hoy sería muy difícil o sencillamente imposible de conseguir. Visitamos el templo de Kalasasaya, el Monolito Ponce (que se halla en el Museo Lítico), la pirámide de Akapana y el Templete Semi-subterráneo. En Tiahuanaco se puede llegar a determinar la altura de los que construyeron aquello. Y es a través de los escalones. Tienen una altura de 25cm, es decir, muy incomódos para nosotros ya que cuesta mucho subir por ellos. Partiendo de la lógica de que uno construye algo que le resulta cómodo, la altura de los que hicieron aquello, oscilaba entre los 2,8 y 3mt de altura...

¿Qué puedo añadir? Al igual que en Egipto, hay dos Perús, uno remoto hecho por alguien absolutamente desconocido ¿Viracocha? y el Perú inca que es fácilmente trazable en el tiempo y donde los incas encontraron construcciones ciclópeas que aprovecharon hasta donde pudieron. Un viaje muy recomendable, lleno de sorpresas increíbles.