martes, 7 de febrero de 2017

PROYECTO ATLANTROPA





A veces uno se encuentra con cosas, hechos o personas que le hacen recapacitar. Comentando con un buen amigo mío alemán sobre temas históricos variados que tienen que ver con Europa, tras un excelente codillo cocido con sauerkraut, me habló de un conciudadano suyo, nacido en el siglo XIX, muy poco conocido llamado Herman Sörgel y su proyecto geográfico para el continente europeo, en su vertiente mediterránea.

Mi amigo decía que Sörgel tuvo una visión, un proyecto ciclópeo, que habría cambiado radicalmente el mapa de Europa a mejor, si no hubiese existido la II Guerra Mundial. Él consideraba que toda la costa mediterránea, su perfil, prácticamente no había cambiado nada desde los antiguos textos griegos y romanos.

Como he dicho, poca gente ha oído hablar de Sörgel. Seguramente fue el primer gran pensador en luchar por una unida y próspera Europa. Nació en 1885 en Regensburg y fue un pacifista tras la Gran Guerra del 14 al 18, en un continente arrasado por los 4 Jinetes del Apocalípsis, que reunía conquista, guerra, hambre y muerte. Esa guerra que terminó en 1918 había debilitado enormemente a Europa que además se hallaba entre  el bolchevismo al este y el dólar imperialista en el oeste. Sörgel, el talentoso arquitecto alemán llevaba una vida muy difícil en el epicentro del desastre europeo, en una nación empobrecida y vencida bajo los términos del horrible Tratado de Versalles.

La situación desesperada de Europa le inspiró a Sörgel su revolucionario concepto. Eso le llevaría a preparar un plan que en una sola generación habría creado un continente europeo igual en riqueza, poder e influencia que el Imperio Romano. Sörgel, el futurista, dedicó su vida a promocionar un esquema de trabajo que hubiese visto la construcción de enormes presas hidroeléctricas que se extenderían por 3 puntos del mar Mediterráneo. Turbinas enormes impulsadas por la presión del Océano Atlántico, suministrarían a Europa energía de sobra. La consecuencia, según Sörgel sería que el árido territorio nor-africano se convertirían en una tierra húmeda. Este esquema suministraría producción ilimitada a las personas del hemisferio norte. Recordemos que en aquel momento, antes de la II Guerra Mundial, el norte de África estaba formada por colonias europeas. El proyecto tenía el nombre de Atlantropa.

Este visionario alemán no era un excéntrico. Herman Sörgel atrajo la atención y el apoyo de muchos que compartían su visión por un super-estado europeo auto-suficiente. En aquel momento había mucho miedo por el enorme poder de los USA y las economía asiáticas. Además había miedo a los bolcheviques que eran financiados por las corporaciones USA. Rusia se había converrtido en un Gulag de Wall Street que se expandía rápidamente desde Siberia hasta el mar Báltico. No es ninguna sorpresa que Europa estaba distraída por unos (((señores))) omnipresentes en la URSS y en Wall Street, que agitaban la revolución social en todo occidente.

El proyecto Atlantropa que ofrecía energía hidroeléctrica barata, inagotable y renovable fue la primera gran revolución verde, en el léxico actual. Sörgel siempre fue desdeñoso con la poca energía que suministraban las presas en los ríos. En términos comparativos era exactamente igual, el mismo principio, pero a gran escala y él consideraba que la solución estaba ante sus narices. Gestionando así el mar Mediterráneo, éste aportaría una riqueza incomparable tanto a Europa como al norte de África.

Si entramos en más detalles de su proyecto Atlantropa, la idea era construir una presa de casi 30 kilómetros de largo en el estrecho de Gibraltar. Una segunda presa detendría el mar Negro en el Bósforo. Muchos ríos suministran agua al Mediterráneo, pero el flujo mayor viene del Océano Atlántico. El agua que pasaría a través de las turbinas crearía una potencia colosal. Simultáneamente, este proyecto haría que el mar Mediterráneo descendiese entre 100 y 200 metros con el resultado de la aparición de casi 250.000 kilómetros cuadrados de tierra nueva. Los dos continentes estarían más cerca. El lecho marino entre Sicilia e Italia se convertiría en tierra seca y una tercera presa entre Sicilia y Túnez, serviría al mismo tiempo como puente para el acceso a los recursos africanos. Se dice que Adolf Hitler consideró favorablemente el proyecto, pero lo rechazó ya que hubiese puesto una gran parte de los suministros de energía de Alemania más allá de su control. Irónicamente, Alemania hoy está fatalmente enganchada a la energía rusa.
 
Sörgel dio a conocer su proyecto a través de 4 libros, miles de publicaciones e incontables conferencias. Según él, con ese masivo suministro de energía eléctrica, las naciones europeas se hubiesen convertido en inter-dependientes con un sólo proveedor, con lo que se reducirían las tensiones. Sörgel razonaba que su esquema visionario frenaría el ansia por la guerra, liberando espacio vital y permitiendo a los densamente poblados países del norte de Europa expandirse hacia el sur, llevando inversión y prosperidad al norte de África. Entendamos que era un período en que la colonización era universalmente considerada como aceptable ya que beneficiaba a las poblaciones de los países colonizados.
 
A pesar de todo ello, el proyecto Atlantropa jamás salió de las mesas de diseño. Su Instituto Atlantropa sobrevivió a la II Guerra Mundial, pero gradualmente perdió su financiación al mismo tiempo que su ímpetu político y científico. La Europa de la pos-guerra tenía otras prioridades. Sörgel nunca se rindió de su sueño y pasionalmente lo promovió hasta el día de Navidad de 1952. Ese día fatídico el iba en bicicleta en una amplia y recta carretera cerca de Munich. Iba a una reunión importante sobre su proyecto cuando un coche le embistió. Nunca se reveló la identidad del conductor.
 
Ya sabéis que yo no creo en conspiraciones, sino en las coincidencias. La muerte de Sörgel fue similar a la muerte de T.E Lawrence, el famoso “Lawrence de Arabia”. Aunque murió el 19 de Mayo 1935, el accidente tuvo lugar el 13 del mismo mes, el aventurero inglés, arqueólogo, militar y escritor sufrió un accidente “similar”. Iba a una reunión con el líder fascista Sir Oswald Mosley, en lo que parecía que podía ser la reunión para evitar que hubiese guerra entre Alemania e Inglaterra. Lawrence conducía su moto “Brough Superior” y encontró la muerte, cuando tuvo que evitar a dos ciclistas y chocó contra un árbol. Los ciclistas desaparecieron...
 
En 1960 el Instituto Atlantropa fue disuelto. Hoy más que nunca el acceso a la energía sube la escalada de tensiones en el mundo. Según Sörgel y sus seguidores nunca debió ser así. De todas formas y a la vista de lo que ha pasado en los últimos años, el aproximar  geográficamente ambos continentes y la inmigración de gente africana que sufrimos, no sé si hubiese sido una buena idea. Entiendo que en la época de Sörgel algo como lo actual ni se consideraba.

8 comentarios:

  1. Un sobrecogedor proyecto de ingeniería planetaria, con todos mis respetos, de imprevisibles consecuencias, como los proyectos de AH y Speer, parecen que son de otro mundo. Aunque me temo que los vecinos de Sitges no iban a estar muy contentos con el cambio de paisaje...

    Gracias por otra sorprendente faceta de la Historia y el ingenio.

    Un saludo.

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  2. jajajajajaj, gran comentario Dorian y gracias!
    Personalmente creo que era un proyecto que a la larga hubiese traído más problemas que ventajas y eso sin entrar en los supuestos refugiados.
    En Sitges hubiese sido un problema ya que el mar hubiese quedado a bastantes kilómetros de distancia...
    De todas formas hay que reconocer que es un proyecto que activa la imaginación. Por eso me parecía merecedor de estar en el blog.
    Un abrazo, Felipe Botaya

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  3. Sr. Botaya, le felicito por el contenido de sus escritos en este medio y en papel. Son amenos y, sobretodo, ilustrativos del genio alemán. Una vez más, ¡muchas gracias!

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  4. No tenía ni idea de esto, pero creo que las consecuencias ecológicas hubiesen sido bestiales, o a lo mejor no tanto.

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  5. Hola Mariano y Mª Luisa, gracias por vestras aportaciones y ánimo que aportais.
    Desde luego las consecuencias de este proyecto son inimaginables en un sentido u otro. No soy capaz de decir qué hubiese pasado. Pero es interesante saber que alguien pensó algo así.
    Un saludo, Felipe Botaya

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  6. Primero felicitarle por el artículo.
    Humildemente creo que las casualidades no existen.
    Por supuesto creo en las conspiraciones. Desde tiempos inmemoriales han existido y continúan existiendo.

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  7. Dr Botaya le llevo leyendo
    hace un buen tiempo, gracias por su reato y sobre todo por compartir sus experiencias y conocimientos, estoy buscando la receta de ese codillo que ahora me ha dejado salivando e insomne. saludos.

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  8. Grcaias a todos y probad el codillo. Tuve ocasión de degustarlo en varios puntos de Alemania, pero recuerdo especialmente el que tomé en la Hofbräuhaus de Munich...
    Saludos, Felipe

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