Me gusta todo lo relacionado con el lenguaje, sus giros, modismos, palabras nuevas, cambios de sentido, etc. Además nos hallamos en una época donde eso sucede continuamente y las palabras sujetas a un lenguaje pueden convertirse en un arma terrible. Es cierto, las lenguas y las palabras avanzan, pero otra cosa es su uso político con un fondo perverso. La última de los comunistas es que no se puede decir “Guardería”, hay que decir ”Escuela Infantil”. Nos lo exige sin discusión posible Irene Montero de ese grupo tan sensible, multicultural, etnico, sostenible, dialogante, feminista y tolerante como es Podemos...(http://blogs.elconfidencial.com/cultura/mala-fama/2017-02-24/guarderia-escuela-infantil-irene-montero-toni-canto_1338209/).
Pero vamos a buscar explicaciones de todo esto en el mundo del juego y en el de los animales. Puede ser un buen inicio. Por ejemplo ¿Qué conexión hay entre el ajedrez y las plumas de un pavo real? Se puede decir sin temor a equivocarse que ambas cosas pueden ser analizadas bajo la lupa de una rama de las matemáticas llamada “Teoría del Juego”. Los juegos como el ajedrez tratan de la competición y de las estrategias para mejorar el éxito y evitar el error, mientras acabas con tu contrincante. te hace trabajar el cerebro y adelantarte a los movimientos del contrario. Pero los genes, en el caso de los animales y seres humanos, compiten de una forma aún más compleja.
Las plumas de un pavo real son un buen ejemplo de una evolución avanzada. No se pueden entender sin referencia a los ojos y cerebros de las pavas, cuyas preferencias en la búsqueda de una pareja se fijan en el deslumbrante plumaje del macho. Los machos envían señales, las hembras los leen. Igualmente, no se pueden entender las flores sin hacer referencia al sistema nervioso de los insectos. Las flores envían señales, los insectos las leen. O puede que las lean mal, ya que las señales biológicas pueden ser falsas. Algunos tipos de orquídeas engañan a las abejas macho con flores que mimetizan la apariencia y el olor de las abejas hembras. Los machos polinizan las orquídeas tratando de aparearse con la flor, creyendo que es una hembra. Las señales falsas también pueden repeler o atraer: algunos insectos inofensivos imitan a las avispas, otros imitan a palos u hojas. Como el parasitismo, en la naturaleza el camuflaje y la mentira se encuentran en todos sitios. La biología puede arrojar luz en el comportamiento humano
Después de todo, también los humanos competimos. Como los animales, enviamos y recibimos señales, pero algunas de nuestras señales tiene una forma nueva: somos la única especie que tienen un lenguaje completo. Por ello, el lenguaje nos define como especie y está en el centro de todo nuestro comportamiento social. Pero puede ser en un sentido negativo, excluyendo a los extranjeros. Hay una teoría fascinante sobre la diversidad lingüística existente en el mundo (https://www.newscientist.com/article/dn14150-can-parasites-influence-the-language-we-speak/), en que el número de lenguas distintas que se hablan en una zona geográfica concreta, es debido a la diversidad de parásitos en esa zona. Eso explicaría el porqué las lenguas son más numerosas y diversas en los trópicos. Cuantos más parásitos, más importante es para la tribu mantener lejos a los potenciales extranjeros infectados. Si son o no son los que llevan a la diversidad lingüística, las lenguas separadas son excelentes barreras no sólo contra las infecciones, sino también contra los que buscan y abusan de la ventaja de la caridad, generosidad u hospitalidad de la tribu.
Pero vamos a buscar explicaciones de todo esto en el mundo del juego y en el de los animales. Puede ser un buen inicio. Por ejemplo ¿Qué conexión hay entre el ajedrez y las plumas de un pavo real? Se puede decir sin temor a equivocarse que ambas cosas pueden ser analizadas bajo la lupa de una rama de las matemáticas llamada “Teoría del Juego”. Los juegos como el ajedrez tratan de la competición y de las estrategias para mejorar el éxito y evitar el error, mientras acabas con tu contrincante. te hace trabajar el cerebro y adelantarte a los movimientos del contrario. Pero los genes, en el caso de los animales y seres humanos, compiten de una forma aún más compleja.
Las plumas de un pavo real son un buen ejemplo de una evolución avanzada. No se pueden entender sin referencia a los ojos y cerebros de las pavas, cuyas preferencias en la búsqueda de una pareja se fijan en el deslumbrante plumaje del macho. Los machos envían señales, las hembras los leen. Igualmente, no se pueden entender las flores sin hacer referencia al sistema nervioso de los insectos. Las flores envían señales, los insectos las leen. O puede que las lean mal, ya que las señales biológicas pueden ser falsas. Algunos tipos de orquídeas engañan a las abejas macho con flores que mimetizan la apariencia y el olor de las abejas hembras. Los machos polinizan las orquídeas tratando de aparearse con la flor, creyendo que es una hembra. Las señales falsas también pueden repeler o atraer: algunos insectos inofensivos imitan a las avispas, otros imitan a palos u hojas. Como el parasitismo, en la naturaleza el camuflaje y la mentira se encuentran en todos sitios. La biología puede arrojar luz en el comportamiento humano
Después de todo, también los humanos competimos. Como los animales, enviamos y recibimos señales, pero algunas de nuestras señales tiene una forma nueva: somos la única especie que tienen un lenguaje completo. Por ello, el lenguaje nos define como especie y está en el centro de todo nuestro comportamiento social. Pero puede ser en un sentido negativo, excluyendo a los extranjeros. Hay una teoría fascinante sobre la diversidad lingüística existente en el mundo (https://www.newscientist.com/article/dn14150-can-parasites-influence-the-language-we-speak/), en que el número de lenguas distintas que se hablan en una zona geográfica concreta, es debido a la diversidad de parásitos en esa zona. Eso explicaría el porqué las lenguas son más numerosas y diversas en los trópicos. Cuantos más parásitos, más importante es para la tribu mantener lejos a los potenciales extranjeros infectados. Si son o no son los que llevan a la diversidad lingüística, las lenguas separadas son excelentes barreras no sólo contra las infecciones, sino también contra los que buscan y abusan de la ventaja de la caridad, generosidad u hospitalidad de la tribu.
De todas formas, la lengua puede ser una ayuda para esa generosidad que comento y otras formas de depredación. Las lenguas criminales y el argot se encuentran en todo el mundo y estrechan los lazos en el grupo y protegen sus negocios del escrutinio externo. Pero los criminales no tienen que inventarse nuevas lenguas cuando trabajan lejos de sus hogares. La fatua frase liberal “La Diversidad es Nuestra Fuerza” es lo opuesto a la verdad, porque luchar contra el crimen se hace más difícil cuando los criminales utilizan docenas de lenguas diferentes. En Londres, Nueva York, Paris o Madrid, la policía tiene que reunir datos de albanos-kosovares, rusos, árabes, negros, turcos, etc. Los criminales extranjeros pueden retrasar y complicar la justicia pretendiendo no saber el idioma local cuando son arrestados y juzgados.
Por ello, una minoría con su propia lengua, pueden tener una ventaja clara en sus tratos con la mayoría. El ejército USA explotó esa ventaja en II Guerra Mundial cuando utilizó indios navajos nativos llamados “code talkers”. Los mensajes interceptados por los criptógrafos japoneses eran imposibles de descifrar, sin embargo los criptógrafos ingleses pudieron descifrar el código ENIGMA ya que capturaron una y su libro de códigos en un submarino alemán capturado. El libro fue fundamental. En el caso de los indios navajos la ventaja es que eran muy pocos los que hablaban esa lengua y los japoneses no tenían el libro con esa lengua.
Hay países pequeños que aprovechan esa ventaja y la utilizan en sus servicios de inteligencia por ejemplo. En ese caso la lengua es la base del éxito y por ello les resulta fácil espiar a otros países como USA, UK, Rusia o Francia y a éstos casi imposible espiar a esos países pequeños. Muchos ciudadanos de esos pequeños países hablan otras lenguas, sin embargo la población de los grandes países apenas conocen las de esos países pequeños. Para el servicio secreto de un país pequeño es muy fácil encontrar gente suya que hable el idioma del país a espiar. Viéndolo así, podemos decir que esos servicios de inteligencia están formados por poca gente de forma directa en el país de origen, pero luego cuentan con un enorme soporte externo, en cualquier lugar del mundo, que les ayuda en sus investigaciones.
Estos países pequeños con su lengua propia, ejercen la censura cuando se trata de defender sus intereses en otros países más grandes. Por ejemplo, un habitante de un país pequeño puede censurar cosas propias y hablar de forma libre con sus conciudadanos y exigir la lealtad de los mismos a su país. Una persona que no sea de ese país que dijese algo así de su país grande sería llamado “peligroso” “fascista” o que “pone en peligro al pequeño país” y sería perseguido por las fuerzas del orden de su propio país por “discurso del odio”. En muchos países grandes no se puede hablar de según qué cosas como por ejemplo las “diferencias raciales” o “la criminalidad no-blanca”. Pero esto viene de lejos. El mismo Charles Dickens que usaba nombres concretos para los villanos en sus libros, fue muy criticado en “Oliver Twist” de 1838, por llamar al malo Fagin que parece ser que podía ser el nombre de un habitante de un país pequeño. Por ello recurrió a nombres extraños en sus novelas para los villanos, como Daniel Quilp en “The Old Curiosity Shop” de 1841 o Uriah Heep en “David Copperfield” de 1850. Se acabó el problema.
Dickens tuvo que usar la criptografía porque escribía en inglés para una gran mayoría. Eso no hubiese sucedido si hubiese escrito en el idioma propio de un país pequeño, con un audiencia pequeña. Por ello, la minoría puede controlar a la mayoría, pero no al revés. En otras palabras, existe una asimetría lingüística que juega a favor de la minoría. En el caso de Dickens, él mostraba a una supuesta minoría aprovechándose de la mayoría. Hoy la población blanca no puede criticar, aunque sea con toda la razón, a los no-blancos o a personas de países pequeños, pero los no-blancos pueden criticar abiertamente a los blancos y se les anima a ello. Incluso son animados a atacar a los blancos físicamente. Ya lo dijo la señora (((Susan Sontag))) “La raza blanca es el cáncer de la historia de la humanidad”.
Un fabuloso artículo, nunca hubiese caído en la cuenta.
ResponderEliminarPalabras = Armas, sin duda.
"La pluma es más poderosa que la espada".
-Edward Bulwer-Lytton
¿Y las imágenes lo son?. Aquí un pequeño reportaje de RT. ¿Algo curioso en él?.
https://www.youtube.com/watch?v=MxV3q8fztCc
Un saludo.
Escrito es fácil interpretar mal las expresiones al carecer de poder oír la entonación y la expresión facial, me explico y disculpo.
ResponderEliminar"El nunca hubiese caído en la cuenta" no es ironía ni cinismo, me refiero a que nunca se me hubiese ocurrido que las minorías pudiesen emplear el idioma como un arma tan efectiva.
De nuevo agradecido por el artículo y me disculpo si se me hubiese entendido mal, ya que al releer mis palabras me parece ambigua la expresión mencionada.
Un saludo.
Hola Dorian, no tienes que disculparte. Yo te agradezco siempre tus excelentes aportaciones y enlaces que nos ayudan a muchos a ver las cosas más claras.
ResponderEliminarUn abrazo! Felipe Botaya
Y hablando de armas, este año promete:
ResponderEliminarhttp://tass.com/defense/928781
Un saludo.