HIMMLER 1945 (2)
“Traté de disuadirle de nuevo de que tratase de defenderse a sí mismo: Han sucedido muchas cosas que no pueden ser arregladas, empecé, pero si tiene que haber un puente entre nuestros pueblos en el futuro, al menos todos los judíos que están hoy vivos en las áreas gobernadas por Alemania, deben seguir vivos. Por lo tanto, solicitamos la puesta en libertad de todos los judíos de los campos que están cerca de Escandinavia o Suiza, con lo que pueden ser evacuados a Suecia o Suiza y con referencia a los otros campos, que deje a los prisioneros donde están y sean bien tratados, dándoles comida suficiente y que los campos sean transferidos a los aliados sin resistencia a medida que el frente vaya aproximándose a esos campos”.
“Kersten apoyó de forma vigorosa mis deseos. Le pregunté a Himmler que diese en número de judíos aún vivos en los campos de concentración, y dio las cifras siguientes: Theresienstadt 25.000, Ravensbrück 20.000, Mauthausen 20.000/30.000 y un pequeño número en otros campos. También dijo que habían 150.000 judíos en Auschwitz cuando el campo cayó en manos soviéticas, otros 50.000 en Bergen-Belsen y 6.000 en Buchenwald, cuando esos campos fueron entregados a los ingleses y americanos. Yo sabía que esas cifras eran incorrectas y especialmente en el caso de Auschwitz, exageradas”.
“Himmler dijo que en Hungría dejó detrás a 450.000 judíos. '¿Qué tipo de agradecimiento he recibido por ello?' preguntó de forma hipócrita. 'Los judíos disparaban a nuestras tropas en Budapest'. Objeté que si se habían dejado atrás a 450.000 judíos, los 850.000 originales habían sido deportados y con un destino incierto. Los judíos que habían quedado en Hungría no podían haber sabido qué era lo que se había preparado para ellos y eso explicaba su reacción. Himmler ignoró esas objeciones; evidentemente argumentó de acuerdo con el famoso verso de Verlaine ‘Ese monstruo es terrible, si le atacas se defenderá”.
“Himmler continuó: era mi intención entregar los campos sin resistencia, como yo había prometido. Entregué también Bergen-Belsen y Buchenwald, pero se nos recompensó muy mal. En Berger-Belsen, uno de los guardias fue atado con cuerdas y fotografiado junto a varios prisioneros que habían muerto hacía poco. Y esas imágenes están siendo difundidas en todo el mundo. También entregué Buchenwald sin resistencia, pero los tanques americanos que se aproximaban de repente comenzaron a disparar. El hospital, que consistía en casetas ligeras de madera, se incendiaron y los cuerpos fueron fotografiados. Se está llevando a cabo una propaganda de atrocidades con esas fotos”.
“Cuando entregué a 2.700 judíos a Suiza en el Otoño pasado, eso también fue utilizado en una campaña de prensa contra mí. Se dijo que yo sólo había liberado a esa gente para tener una coartada. No necesito una coartada, yo sólo hice lo que pensé que era necesario para mi gente y me he mantenido en ello, y nunca me he convertido en alguien rico. Nadie ha sido más apedreado con porquería como yo lo he sido en doce años. Nunca me ha preocupado, incluso en Alemania cualquiera puede escribir lo que quiera sobre mí. Pero lo publicado sobre los campos de concentración está siendo usado como agitación contra nosotros, y eso no me alienta exactamente a seguir entregando los campos. Hace pocos días, por ejemplo, tenía un campo en Sajonia evacuado a la fuerza, mientras las columnas blindadas americanas se aproximaban ¿por qué debería actuar yo de forma diferente?”.
“Temí que Himmler repetía excusas sobre la publicación de los horribles descubrimientos en los campos de concentración, que trató de calificar como ‘propaganda de atrocidades’ y que sería seguida por sus demandas para de que esas publicaciones se paralizasen como contraprestación a nuestras demandas. Sin duda bajo los años de la propaganda de Goebbels, Himmler creyó que los judíos controlaban el mundo de la prensa, como decía la mentirosa propaganda nazi y, quizás, creía que yo como representante de los judíos, aunque habíamos dejado claro que había venido como persona privada, podía influenciar a la prensa de los aliados y países neutrales”.
“Para prevenir una solicitud directa, le interrumpí y le hablé de la libertad de prensa en los países democráticos: en un país democrático, no sólo el gobierno tiene el poder de prevenir publicaciones no deseadas. A largo plazo, los hechos tras ellos son decisivos. La liberación de 2.700 judíos el año pasado, recibió una respuesta favorable en la prensa mundial, como lo hizo el hecho de que esos liberados de Theresienstadt estaban en relativa buena salud. Tengo la impresión de que Theresienstadt es el mejor campo. Continuar con la liberación de prisioneros es la única política correcta, sin importar lo que escriba la prensa. No solamente el pueblo judío está interesado en salvar a los judíos supervivientes. El gobierno sueco ha expresado su interés también contactando con el Dr. Kersten y yo he autorizado este viaje. La aceptación de nuestros deseos también deja una impresión beneficiosa en los gobiernos y población de los países aliados. Y ante la historia, salvar a los judíos que quedan es imprescindible. Continuar con estas evacuaciones forzosas sólo será en detrimento para Alemania. Las calles deberán ser acordonadas y el suministro ha de ser ordenado, etc.”.
“Himmler remarcó que Theresienstadt no era un campo en el estricto sentido de la palabra, sino una ciudad habitada exclusivamente por judíos, que era administrada por ellos y donde ellos debían de hacer todo el trabajo. Dijo que ‘Esta organización fue creada por mi y mi amigo Heydrich y queríamos que todos los campos fuesen como ese’, dijo hipócritamente”.
“Continuamos con una larga discusión. Resalté la necesidad de las medidas de rescate propuesta, apoyadas por Kersten. En particular, repetidamente enfatizamos que la evacuación de los prisioneros de Ravensbrück a Suecia debería ser aprobada”.
“Yo no confié en las promesas de Himmler. Por otro lado, creí que las promesas formuladas con cierta precisión deberían ser mantenidas, aunque solo fuese por la razón de que los compañeros de Himmler estarían interesados en mantener estas promesas. También se temía que las últimas semanas de la resistencia alemana podría ser particularmente crítica para esos prisioneros. Las publicaciones sobre Buchenwald podían inducir a los líderes nazis, tanto el mismo Himmler o el grupo Hitler-Kaltenbrunner, de arrasar los campos restantes, para eliminar cualquier traza y testigos vivos de sus crímenes. Los últimos días de la agonía mortal del III Reich eran decisivos”.
“Himmler quiso reunirse con su adjunto el Dr. Brandt para consultar. Yo fui a una habitación contigua con Schellenberg. Durante nuestra ausencia, Himmler dictó dos cartas dirigidas a Kersten. Cuando volví a la sala después de unos veinte minutos, Himmler dijo ‘Estoy preparado para liberar a 1.000 mujeres judías del campo de concentración de Ravensbrück, y usted las podrá recoger a través de la Cruz Roja’. La liberación de mujeres de Ravensbrück ha sido aprobada por el ministerio de exteriores sueco. Unos 50 judíos internados en campos noruegos han sido liberados y entregados en la frontera sueca”.
“El caso de los 20 suecos convictos por una corte germana y que están en la prisión de Grini, será examinado de forma benévola y si es posible liberados. La cuestión de la liberación de los noruegos capturados será también revisado de forma benévola. Un gran número de judíos en Theresienstadt, sobre todo holandeses, serán liberados cuando la Cruz Roja los pueda recoger. Pero las judías de Ravensbrück no deben ser llamadas judías; podemos, digamos, llamarlas mujeres polacas. Desde luego, no sólo su visita debe ser mantenida en absoluto secreto, sino también la llegada de judíos a Suecia. Con respecto al cese de las evacuaciones forzadas y la entrega de los campos a los aliados, haré todo lo que pueda para cumplimentar esta solicitud”.
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