viernes, 17 de septiembre de 2021

VISITANTES DE HOLLYWOOD 

Sabemos que Hollywood es la fábrica de los sueños y de la manipulación al mismo tiempo. Cuántas películas han sido rodadas con fines no claros e incluso oscuros. Y no sólo en tiempos de guerra, también en la paz para inocular ideas o reacciones concretas al público y que se conviertan en fieles seguidores del político de turno.

Muchos dicen que si hablamos de películas o reportajes con fondo político varias sobresalen de forma indiscutible El Triunfo de la Fe, 1933, El Triunfo de la Voluntad, 1935 o bien Olympia sobre los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, todas ellas rodadas por la excepcional Leni Reifensthal. Hoy me gustaría hablar sobre la visita que hizo la cineasta a Hollywood en Noviembre de 1938, para lograr la distribución de la última, Olympia, en el mercado americano. Recordemos que Olympia está dividida en dos partes de un total ambas de 4 horas y media. Todo ello logrando una excelente filmación de capacidad atlética y física, virtuosismo cinematográfico y política. He de adelantar que el viaje no fue como esperaba Leni.

Nacida en Berlín en 1902, Leni llegó a ser una prominente bailarina y actriz en los cabarets y teatros de la República de Weimar, un momento al que los alemanes llamaron los “Dorados Años 20’s”. Según sus memorias, ella estaba donde estaba la acción, incluyendo la premiere histórica en Berlín de la película “Sin Novedad en el Frente” en 1930, que fue atacada por las SA. Encontró su espacio cinematográfico en las llamadas películas de “montaña y escalada”, con mucha nieve, tormentas y grandes alturas. Ya cansada de casi morir bajo avalanchas, se dirigió a sí misma en la película “La Luz Azul” en 1932, una fantasía muy bien rodada en la que Leni interpreta a una bruja escaladora.

En 1933, Leni llamó la atención de Hitler a través de una película titulada “El Infierno Blanco de Pitz Palo" de 1929. A pesar de su relativa inexperiencia y sin que el hecho de que fuese una mujer fuese un impedimento, el Führer le encargó el realizar el documental oficial de la reunión del partido en Nuremberg de 1934. Esto es importante ya que demuestra que el Socialismo Nacional no ponía impedimentos a que una mujer tuviese un papel muy relevante en acontecimientos oficiales del partido. No sólo era como decía la propaganda enemiga "Kinder, Küche und Kirche" (Niños, Cocina e Iglesia). Esto era algo impensable en cualquier régimen comunista, donde las mujeres no tenían, ni tienen ningún papel de importancia. 

Hitler jugó bien sus cartas: “El Triunfo de la Voluntad” de 1935 fue un retrato hipnótico de cómo el Socialismo Nacional conectaba con la gente y de la precisión de los desfiles ante el Führer, que llega del cielo en su avión. Pocos documentales de la subida del Socialismo Nacional tienen la fuerza de esta película. En 1941 cuando Franz Capra vio el documental para su propia propaganda aliada del Departamento de Guerra USA, dijo que le había puesto los pelos de punta.

Tras este éxito, Leni era la opción natural para una acontecimiento aun mayor, los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. Al frente de un equipo de unos 200 cámaras y técnicos, colocados en las pistas, en los podios, en el agua, en bicicletas, en el cielo, filmó kilómetros de película. Leni pasó dos años obsesivos editando el la película en dos partes: “Festival de la Naciones” y “Festival de la Belleza”. Con un ojo puesto en el valor propagandístico de su distribución internacional, Goebbels jugó de forma objetiva, sin enfatizar la gloria de las victorias alemanas y Jesse Owens, el corredor negros, es tratado de forma correcta en la película. Leni no podía resistirse aun cuerpo bello en movimiento. 

Olympia fue estrenada en Berlín el 20 de Abril de 1938, cumpleaños del Führer como invitado de honor. Recibió críticas excelentes y ganó incluso la Copa Mussolini, en el Festival Internacional de Venecia. Pero a Leni le faltaba el reconocimiento de la capital del mundo del cine. Se empeñó en que Olympia se distribuyese en America y se fue a Hollywood para sellar ella misma el acuerdo. El 4 de Noviembre de 1938, Leni llegó en Nueva York, y tal como pisó tierra americana desde el barco alemán "Europa", se bañó en las luces de los medios. Radiaba carisma, color y feminidad. La prensa la llamó “La Miel de Hitler”, “La Zarina de las películas de Hitler”, “La emisaria con faldas del Señor Hitler”, etc. Iba acompañada por Ernst Jaeger su agente publicitario y factótum y 17 baúles con ropa de alta costura.

Los medios alabaron sus vestidos, pero un periodista puso sobre la mesa una pregunta impertinente “¿Es cierto lo que ha dicho el Dr. Goebbels de que es usted judía?”. Se dice que en 1937, Goebbels difundió rumores falsos sobre Leni, aunque yo tengo serias dudas de ello. Se dice también que estaba celoso del éxito de Leni por su trabajo y cercanía con el Führer. Evidentemente, Leni respondió de forma agria “¡No, no, no! ¡Ni siquiera tengo un solo ancestro judío en mi familia!”. 

Mientras estuvo en Nueva York, Leni disfrutó de la vida nocturna y la cobertura de los medios que estaban más interesados en su ropa que en su agenda, hasta que el 9 de Noviembre de 1938, estalló la Noche de los Cristales Rotos en Alemania. Al día siguiente, los titulares de la prensa y la radio hablaron de actos de destrucción y robo, judíos golpeados y asesinados por grupos de las SA y las sinagogas ardiendo. Preguntada por este asunto, Leni negó las noticias y dijo que eran calumnias contra un hombre, Hitler, que  era “el hombre más grande que había existido”.

Y como si de repente se diesen cuenta que aquel bello rostro era también el rostro del nazismo, los medios USA se vengaron sin piedad de aquella mujer diciendo que era “La Puta de Hitler”. El comunista Walter Winchell disparó implacablemente, diciendo que era “La fraulein que se la chupa a Adolf” y “La puta a tiempo parcial de Hitler”.

El 28 de Noviembre, cuando Leni llegó a la Union Station en Los Angeles, California, la Liga Anti-Nazi de Hollywood estaba a la espera. Formada en 1936, alegaba disponer de 5.000 activistas, cuyo labor era alertar a los USA de la amenaza alemana tanto en el país como en el extranjero. Como consecuencia el “Hollywood Reporter” dedicó una página entera en la que se decía que no había “sitio para Leni Riefenstahl en Hollywood” y seguía diciendo “En este momento cuando cientos de miles de nuestros hermanos de religión esperan una muerte casi segura, cerrad vuestras puertas a todos los agentes nazis”. Un portavoz del grupo dijo que “Hemos contratado ese espacio publicitario para que todos en Hollywood la entiendan (a Leni), por lo que es. Ella es un poco diferente al tipo usual de nazi, pero ella es una agente nazi”.

La campaña tuvo un efecto devastador. El “Daily Variety” estaba entusiasmado al poder decir que Leni había encontrado “las puertas de los estudios cerradas”. “Después de todo”, dijo una fuente de los estudios “Las películas americanas han sido prohibidas en Alemania, por lo tanto no hemos de mostrarle nada a la señorita Riefenstahl que le pueda interesar”. Casi tan malo como eso, según el status en Hollywood, fue el hecho que los mejores restaurantes de la ciudad rechazaran aceptar sus reservas. Por ejemplo, Phil Selznick, propietario del Club Versailles, dejó claro que tanto ella como su comitiva no eran bien recibidos. 

Leni dijo sobre la situación “Estoy sorprendida de que una mujer que hace un viaje de vacaciones a America para ver los lugares más interesantes de este país, sea atacada personalmente”. Unos de sus acompañantes dijo que “La Señorita Riefenstahl nunca ha llamado a la puerta de un estudio en Hollywood”. Esto era cierto. Sin embargo, sólo dos estudios rompieron el boicot. Disney le ofreció a Leni una tour por su estudio y enseñarle los guiones gráficos de “Fantasia”. Pero cuando Leni le preguntó a Disney si podía distribuir Olympia, Disney se negó. Después de todo tenía que seguir haciendo negocio en Hollywood. 

La columnista de chismes sociales Hedda Hopper fue más allá. Vio un pase privado de Olympia y dijo que “era encantadora” y escribió en su columna que permitiesen el pase público de la película. “Después de todo, nuestro jóvenes americanos hicieron un gran papel en esas olimpiadas y las mejores imágenes de sus resultados están en la película de Leni. ¿Por qué no se nos permite verla?”. Pero Disney y Hopper eran atípicos: para el resto de la ciudad ella era una paria nazi.

Leni se dio cuenta de que su sueño de una distribución lucrativa en USA no iba a ser posible, por lo tanto mantuvo un perfil bajo durante el resto de su viaje. Visitó San Francisco y Yosemite, jugó a tenis en Palm Springs y cabalgó en Santa Barbara. Estuvo en el partido de futbol entre el USC-Notre Dame, pero estuvo desconcertada con lo que sucedía en el campo “¿Qué le ha pasado a Leni Riefenstahl?” se burló el columnista Ed Sullivan. 

El 6 de Enero de 1939, Georg Gyssling el cónsul alemán en Los Angeles, le dedicó una fiesta de despedida. Al día siguiente y agotada, Leni y sus baules fueron despachados en tren hacia Nueva York. La revista “Variety” puso el siguiente titular “Nix Nazi Olympix” (Nada de Olympia Nazi). El 18 de Enero de 1939, Leni partió de regreso a su patria en el barco de línea Hansa. Invitó a bordo a la prensa USA para una entrevista de  despedida en su camarote. Hablando a través de un traductor, se lamentó por el hecho de que los americanos no pudiesen ver su película Olympia. Sí, los grandes capitostes de los estudios la habían insultado, pero “la mejor clase de gente” la había tratado muy bien. “Hollywood me ha cortado” admitió, según Los Angeles Times “La industria ha boicoteado mi película Olympia; no me permitieron visitar sus estudios”. 

Cuando el barco llegó a Cherburgo en Francia, Leni habló de forma más clara “Fui recibida de forma cálida en America, con la excepción de la industria de Hollywood, dirigida por judíos o miembros de ligas anti-alemanas, donde se me dio una recepción hostil”. 

Leni fue la última en morir (2003) del estrecho círculo del Führer a la edad de 101 años. Vivió lo suficiente para ver su película Olympia distribuida, primero en museos, luego popularmente en VHS y DVD y reconocida como obra maestra del cine. Criterion Channel dijo que “A pesar del origen fascista de la película, Olympia ha conseguido el respeto como un monumento al cine. Pero en 1938, Hollywood estaba más enfocado en la cuestión ideológica que en el cine cuando rechazó distribuir Olympia y darle el espacio que merecía Leni Riefenstahl.

2 comentarios:

  1. Esta mujer a parte de sus dotes como cineasta fue muy atrevida, al parecer le gustaba el riesgo, con 71 años aprendió a bucear, edad a la cual está prohibido, pero falsificó su edad de nacimiento para aprender buceo.

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  2. Fue una mujer adelantada a su tiempo y sin ningún problema en Alemania.
    Saludos, Felipe Botaya

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